La gran mayoría de nosotros vivimos en zonas urbanas, lo que suele provocar que el contacto con la naturaleza sea más bien escaso. Sin embargo, el huerto urbano está al alcance de todos, pues no es caro y no necesitamos un jardín o terreno. Nos basta con tener ganas.
- Es una manera de mantener un contacto directo con otro tipo de vida, la de la naturaleza. Y no dejar así de sentirnos cerca de ella.
- Tener un huerto urbano, además, nos sirve como vía de escape frente a la agresividad y agresiones de la ciudad: Estrés, agobio, preocupaciones, exceso de pensamiento, ruidos, contaminación…. Tu huerto puede convertirse en tu momento de paz y tranquilidad, así como un reencuentro contigo mismo.
- La falta de contacto con la naturaleza, provoca un desconocimiento casi absoluto de los ciclos de vida de las plantas y vegetales, por lo que el huerto urbano servirá para aprender nuevas cosas, tanto tú como los más peques.
- El cultivo, además de constituir un proceso de aprendizaje continuo, provoca una sensación de bienestar y fuente de energía enorme. Resulta que puedes ser autosuficiente.
- Y esta autosuficiencia nos lleva a obtener alimentos mucho más sanos, naturales y nutritivos. Por lo que nos llenamos de salud, así como de responsabilidad.
Por lo tanto, si estás harto de la ciudad y de todo lo que ella conlleva, crea tu pequeño espacio natural en casa, ¡y libérate!
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