Marzo, ¡el mes del tomate!

9 tomates sol

Ahora que parece que el buen tiempo comienza a asomar las orejas y que la primavera está a la vuelta de la esquina, muchos son los que vuelven al ataque con sus huertos, jardines o incluso balcones. Y es que, ¡son muchas las cosas que podemos cultivar en esta época del año! En concreto, los tomates… ¿Quieres saber cómo hacerlo?

Lo que necesitamos para cultivar tomates

Lo primero que vamos a necesitar, obviamente, son las semillas del tomate, que se pueden obtener a partir de un tomate que tengamos en casa o se pueden comprar.

Estas semillas, no importa cómo las hayamos conseguido, necesitarán de la tierra para se plantadas. El tomate se puede cultivar en muchos tipos de tierra, pero siempre será aconsejable que ésta sea fértil. Para ello, podemos comprar sacos de tierra con

Bandeja y HuertoUrbano

sustratos especiales ya añadidos, o si por el contrario, nuestra tierra es simplemente tierra, sería interesante mezclarla con otros

elementos como abono, fertilizantes…

Y por supuesto, vamos a necesitar un recipiente en el que introducir la tierra con las semillas. Podría tratarse de una maceta, de un huerto urbano, una bandeja… Siempre y cuando el contenedor elegido no tenga menos de 50cm de profundidad y de diámetro.

Cómo hago de mis semillas una buena tomatera

El tomate se puede cultivar desde febrero hasta junio, así que ya es momento de comenzar a preparar el recipiente o contenedor, en el que nuestras semillas y futuros tomates pasarán 2 meses aproximadamente antes de ser transplantadas a otro. ¿Cómo?

tomateras

1. Echamos la tierra en el contenedor hasta la mitad.

2. Vertimos un poco de agua y repartimos las semillas por la tierra (separadas).

3. Añadimos tierra hasta que las semillas queden a 1cm de profundidad aproximadamente.

4. Colocar el contenedor en un lugar cálido y luminoso.

5. La regamos una vez al día.

Como hemos dicho previamente, este contenedor nos servirá para unos 2 meses, y es que cuando la tomatera llegue a medir unos 15cm deberá ser transplantada a la maceta o el recipiente que elijamos, y que se convertirá en el lugar definitivo.

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