Los peques y los adultos tenemos mucho que aprender los unos de los otros, y es que ellos, los niños, tienen una capacidad envidiable de imaginar, mientras que nosotros, los adultos somos capaces (si queremos) de crear. Por ello, puede ser muy interesante retroalimentarnos a través de diferentes actividades, ¡como el bricolaje!
El bricolaje en familia, ¡qué maravilla!
Cada vez más, tanto unos como otros nos refugiamos en los aparatos electrónicos para pasar nuestros ratos muertos, y sin duda es algo que podemos cambiar si nos ponemos a ello. Así que, ¿por qué no aficionarnos al bricolaje en familia? Algunos os estaréis preguntando cómo hacerlo de la mano de los más pequeños de casa… ‘¡Qué peligroso!’, os surgirá pensar a otros. Pues nada de eso, es la mar de positivo tanto para unos como para otros.
¿El bricolaje con niños es posible?
Sin duda, el bricolaje puede parecernos un territorio propio de los adultos, relacionado con talleres, uso de herramientas peligrosas… Pero la realidad es que esa es una pequeña parte. Y es que el bricolaje es mucho más que eso, es imaginar, crear, desarrollar la capacidad incluso de inventar… Y sobre todo, de hacer realidad las ideas que tenemos en la cabeza. Por ello, a la hora de plantearnos adentrarnos en el bricolaje en familia, primero tendremos que pensar en desarrollar proyectos para todos los público.
¿Qué beneficios tiene el bricolaje en familia?
Pues bien, aunque los adultos vayamos como locos de aquí para allá sintiendo que nos faltan horas del día… ¡Parémonos un segundo y pensemos en lo importante! Porque desarrollar una afición con los peques de la casa puede ser más que positiva:
- El bricolaje puede convertirse en un juego, y jugar con nuestros hijos a diario o el máximo tiempo posible hará que seamos mucho más felices y que nos conozcamos mucho mejor.
- Nos permitirá crear unos vínculos mucho más fuertes entre vosotros y es que pasar tiempo con los peques es fundamental, y si es haciendo algo divertido juntos… ¡Mejor que mejor!
- Podemos aprovechar estos momentos para transmitir a los niños valores, desarrollar la paciencia, la empatía y lo que es mejor: ¡Su autoestima! La razón es que al ser capaces de crear se abren a un nuevo mundo de posibilidades en el que se sienten útiles.
- Proporciona nuevos conocimientos, así como experiencias. Nos obligará a pensar juntos, a poner nuestras ideas en común, ¡y a crear!
- Todos desarrollamos la creatividad, la imaginación y la coordinación manual.
¿No os parece una maravilla? Es la mejor de las terapias familiares. ¡Dejemos de complicarnos la vida! 😀